viernes, 11 de abril de 2008

¿Por qué Castañeda tiene tanta aprobación?

Es cierto que a lo largo de la historia malos dirigentes han sido elegidos y reelegidos en distintos contextos sociales, esto también se aplica al Perú por supuesto (basta con ver quién es nuestro presidente). No pretendo hacer un recorrido histórico de las coyunturas que motivaron la reelección de estos personajes, pero sí quiero proponer un supuesto: todos los dirigentes reelegidos -dentro de un marco democrático- lo son porque tienen un índice alto de aprobación.

Mi idea es que, aunque a lo largo del tiempo haya sido motivado por las mismas u otras razones, el apoyo popular del que gozan personajes controversiales como Castañeda Lossio podría estar conectado, ahora, con la actual crisis de representatividad de los partidos.

Analicemos el argumento que utiliza el 90% de la gente para apoyar a personajes que tienen un historial conocido de irregularidades en su gestión: Todos roban, hizo obras, no es su culpa (es el entorno). No importa cuál sea el caso, la gente se empeña en crearles excusas a sus gobernantes. El "pueblo" no busca un representante ideal, sino el menos malo posible.

¿Cómo conectamos esto con la crisis de partidos? Los partidos actuales no manejan una ideología concreta, sus propuestas varían de elección a elección y básicamente sobreviven adaptándose a lo que venga. Antes el contenido ideológico de las propuestas aseguraba un "ideal" de gobierno, al menos para los militantes de cada partido. Al no existir ahora este concepto de gobierno ideal, tampoco existe el de gobernante ideal, lo que llevaría a pensar que la gente está más propensa a conformarse con lo "menos malo".

Supongo que estarán pensando que en realidad jamás, en ninguna parte del mundo, ningún partido que ha llegado al poder, más allá de su ideología, ha tenido un gobernante perfecto. Obviamente, estoy de acuerdo. Pero mi punto va hacia el hecho de que la gente lo pretendía, y como existían distintos ideales (según la afiliación partidaria), los que no estaban en el poder se oponían con mayor convicción al representante del partido gobernante.

Actualmente la oposición a Castañeda es prácticamente inexistente y en último caso no está organizada. Fuera de los medios, que han demostrado en más de una ocasión conseguir reacciones adversas a las que pretenden, no hay ninguna otra fuerza concreta que se le oponga.

Lo más patético es que no exigimos más. Mientras haga obras, todo bien. ¿Dónde están los humalistas, apristas, fujimoristas y etcéteras cuando hay que joder a la municipalidad? Fácil como Castañeda se las ha arreglado tan bien para mantenerse alejado de los medios y no hay cámara cerca que los motive, la oposición se guarda el maquillaje para situaciones más propicias.

[Lo más probable es que todo sea una gran roca, pero este es mi tacho nomás, así que no jodan]

No hay comentarios: