martes, 1 de abril de 2008

¿La racionalidad como característica inherente y determinante de la condición humana?

Ayer tuve la dicha, el desahogo mental, la catarsis, el estrés, de discutir con una evangélica. Contra afirmaciones del tipo "antes de cristo los hombres eran gigantes de tres metros", mi mente esgrimía argumento tras argumento, en un áfan casi socrático de convercerla de que sus creencias eran incompatibles con el sentido común y las pruebas científicas. Pero el problema de discutir con fanáticos religiosos es que no se está discutiendo contra un ser racional, sino contra un paladín de la fe. Es decir, no importa que tanto logres acorralar a uno con argumentos o pruebas, el escudo de la fe (que bordea precisamente al cerebro) es impenetrable. En un momento de la discusión, inclusive, me regañó por querer saber más de lo que era aprehensible por medio del legado bíblico respecto de cualquier aspecto religioso -claro, porque la biblia es obra directa de dios y por lo tanto inobjetable-.
Simpre me había parecido divertido mantener discusiones religiosas de ese tipo, léase improductivas, pero ayer me dio mucha pena. La chica con la que estaba discutiendo es una compañera de trabajo, muy buena gente y bastante entretenida para pasar el rato. Yo sé que en cierta medida no es su culpa que le hayan lavado el cerebro de esa manera, pero no puedo evitar darle vueltas al asunto de su irracionalidad.
El ser humano es tal en tanto es un ser racional y la racionalidad -perdón por sonar tan platónica- nos permite darnos cuenta de nuestra existencia y cuestionarla. Sin embargo, a través del tiempo parecería que ha existido una lucha constanste en la humanidad, por un lado para exaltar esta característica (la racionalidad) y por otro para reprimirla. Curiosamente la religión cristiana tiende a estar en el segundo bloque. Haciendo un recuento de occidente, encontramos que después de la instauración del pensamiento racional en Grecia, éste se mantiene en auge hasta, más o menos, la caída del imperio romano (siempre entre las élites, que eran las que tenían mayor acceso a la información). Luego, en la edad media, con la iglesia como poder hegemónico, la racionalidad se sumerge en el oscurantismo y el pueblo en general tiende a aceptar la versión "oficial" de la iglesia como verdad indiscutible para prácticamente todos los campos. Después llegó la ilustración, y con ella la destrucción del discurso de la verdad única; el pensamiento racional sugió de nuevo con una fuerza imparable y la inercia le duró por mucho tiempo, incluso Nietzsche se atrevió a anunciar que "Dios ha muerto" en tanto la capacidad racional del hombre ha excedido la capacidad de respuesta de la iglesia. Pero hoy una nueva epidemia antirracional parece estarse expandiendo más rápido de lo que puedo tipear. El fantasma de la religiosidad sin cuestionamientos ha aparecido de nuevo, esta vez bajo la forma del evangelismo.
Entiendo que este fenómeno aparece bajo condiciones sociales específicas, y que las estrategias de marketing que utilizan para captar adeptos son dignas de un león de cannes; por esto yo no pido que se le ignore o se le rechace, sólo digo que antes de persinarse 83 veces intente, señor, señora, señorita, joven, cuestionar si lo que le están diciendo tiene sentido para usted. Si ese es el caso, procure adoptar su propia versión de los hechos, cuando discuta con alguien sobre el tema evite repetir como disco rayado lo que le dijo el pastor, y por favor, POR FAVOR, no saque el escudo de la fe a menos que no le quede otra alternativa.
[Perdón por la pobre interpretación de Nietzsche]

3 comentarios:

Cannabicus Prime dijo...

No necesariamente... nos guste o no, la religión cristiana ha influenciado (y determinado) muchos de los procesos importantes que configuran la sociedad moderna (racionalizada por default, Max Weber dixit); por ejemplo, el origen del capitalismo, entre otros.

Si bien se puede reconocer que durante la edad media la iglesia dictaba un tipo de pensamiento hegemónico universal, sería importante cuestionarse antes que nada si es que existe una etapa de la historia humana en el que las instituciones de la sociedad no han logrado controlar (o al menos tratar de moldear) la producción simbólica de los individuos. Más allá del tema de la fe se encuentra un tema más cercano (paradójicamente), que es el debate por el poder simbólico y el control de los discursos hegemónicos.

El afán racional/científico (ya en crisis), fue el paradigma de la sociedad moderna. Ahora podemos ver cómo hay un paso hacia un nuevo tipo de hombre (o mujer): el hombre o mujer postmodernos. Te recomiendo leer "American Psycho", un thriller psicológico que hace una radiografía al mundo yuppie de fines de los años 80. Los nuevos sujetos que se producen en este tiempo no dejan en ningún momento de ser religiosos. Jamás lo han dejado.

La "religiosidad" a la que haces mención jamás desapareció del mundo, ni tampoco disminuyó. Por religiosidad no entendemos la filiación con una iglesia o grupo sectario, sino que es más bien una práctica que se aún mucho antes de la noción de "Dios", de lo que se conoce como "religiosidad formal"...

Cheka este vídeo: http://ie.youtube.com/watch?v=4oV5ZE5XVMI

Mariale Campos dijo...

negro, yo no niego la influencia de la religion catolica en el mundo occidental (en el mundo en general para ser sinceros), pero no me vas a decir que la posicion de la iglesia frente a la autogeneracion de conocimientos ha sido historicamente tolerante.
sobre lo de religiosidad si tienes razon, elegi mal la palabra, debio haber sido "fanatismo religioso"

Cannabicus Prime dijo...

negra, dijiste religión cristiana ;)... en verdad generalizar a sectores ultra conservadores de la iglesia (que son la gran mayoría), como toda la iglesia podría ser un desliz de precisión o un exceso semántico... en fin, suerte con el blog! saludos desde las oficinas del blog de cayo!